martes, 7 de mayo de 2019

LA ESPIRITROMPA DE LAS MARIPOSAS

La lengua de las mariposas, obra maestra del cine español, de la mano de José Luis Cuerda y basada en uno de los relatos de Manuel Rivas, puede darse en pleno siglo XXI, salvando las distancias. El paralelismo puede darse desde el punto de vista ideológico, cuando independientemente de la profesionalidad docente, la postura política de un maestro puede verse atacada por un sector de la comunidad educativa. Es más que evidente que no pueden condenarle a muerte en el paredón del recreo, pero sus balas son en forma de mentiras, difamaciones e insultos. Un maestro,  debe intentar seguir con su trabajo, obviando las burlas, las chanzas, las habladurías, los chismes, los embustes y las chafarrinadas de aquellas gentes que en esta democracia añoran tiempos pasados, para centrarse única y exclusivamente en el bienestar de los niños y niñas, en su felicidad y en su aprendizaje. 




No es necesario explicar  que el desgaste psicológico, anímico, emocional y laboral es evidente y que cada día, el maestro debe romper el manual de experto y reescribirlo con sus pupilos día a día. 
Tal vez, estas gentes no reflexionen sobre su pertenencia a la comunidad educativa y sobre el daño que pueden hacer con el run run de la farsa, con sus máculas, las calumnias y falsías, y en definitiva, con las fábulas sobre alguien que trata de educar en la democracia, el respeto y la libertad a personas que, en pleno proceso de desarrollo, reciben informaciones construidas sobre  cimientos de tizne.

El propio centro educativo se resiente como germen cultural de la comunidad en la que está inmerso, emborronando las señas de identidad y los principios educativos grabados en el proyecto educativo aprobado por todos/as los/as integrantes implicados en la educación de los más jóvenes.

No. No sale gratis buscar alianzas para derrocar a un maestro. No sale gratis la difamación y el engaño, ni las confabulaciones y los insultos, ni las calumnias y las injurias. Afortunadamente, en este mundo, el tiempo pone a cada uno en su sitio, y la espiritrompa de las mariposas succiona rápidamente el néctar de las malas personas.

Una joven alumna me regaló esta máxima: 

"EL MUNDO ESTÁ LLENO DE BUENAS PERSONAS. SI NO LAS ENCUENTRAS, SÉ TÚ UNA DE ELLAS".


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